viernes, 24 de junio de 2016

DEFINAMOS LA PAZ

Dentro de las muchas definiciones que tiene el diccionario de la RAE, me llamó mucho la atención esta: "Estado de quien no está perturbado por ningún conflicto o inquietud".

Y me llamó especialmente la atención porque leí muchos comentarios a lo pactado para el cese al fuego y las declaraciones del expresidente Uribe, en la que decía que la paz estaba herida ante la posibilidad de que los miembros de las FARC no paguen prisión o puedan eventualmente ser elegidos a cargos públicos.

Puede sonar un poco nueva era, pero la paz debe partir de nuestros corazones, de pensar en las posibilidades hacia el futuro y dejar de rumiar el pasado, dejar de contar los secuestrados y muertos que fueron y pensar en los secuestrados y muertos que no serán. Si vamos a pensar en el pasado, también reflexionemos en esto: ¿qué hubiera pasado si hubiéramos convencido a las guerrillas y a los paramilitares de dejar las armas hace muchos años?¿cuántos huérfanos estarían aun con sus padres?

Entonces: ¿qué será estar en un estado de permanecer en imperturbable estado de ausencia de conflicto o inquietud? Ciertamente no hablamos de la paz del cementerio, porque en una guerra cada muerto traerá un resentimiento. Hablamos de borrar de raíz todo resentimiento, aprender las lecciones, entender que guerrillero, paraco y ciudadano de a pie somos igualmente colombianos y lograr seguir adelante sin aferrarnos al pasado, en otras palabras: dejar sanar las heridas y no dejarlas abiertas para recordar el dolor que las produjo.

Paz en la tumba para nuestros muertos y paz en la vida de los que estamos vivos.

Si el temor es de que terminemos con un dictador de izquierda que nos convierta en una nueva Venezuela, sólo como recorderis: tenemos gente en el monte que al principio (sinceramente no creo que ahora) se fueron para combatir una institución en la que no creían y llevan allí más de 50 años. Les aseguro que cuando ocurra algo que se aproxime a lo que pasa en Venezuela, en donde la democracia falló, nos iremos al monte otros que exigiremos el respeto al pueblo. No temamos al futuro. Abracémoslo y construyámoslo.

La paz en la que creo es de reflexiva esperanza, de creer en Colombia, en la verraquera de los colombianos y en nuestra democracia.