jueves, 19 de octubre de 2017

UNAS SON DE CAL Y OTRAS SON DE ARENA

La vida está llena de dicotomías, un día te regocijas porque un extraño te devolvió algo que se te había perdido y al día siguiente ser asaltado y que se lleven cosas que tal vez no necesitas tanto, pero que has trabajado para obtenerlas.

Así, un par de días después de encontrar una persona que actuó bien, encontré en mi camino un par de personas que actuaron mal, tal vez eso debería hacerme echar para atrás lo que pensaba hace un pa de días y decir "los malos son más". Pero la verdad es que los buenos seguimos siendo más y en el fondo no sé por qué circunstancias estén pasando estas personas, que pese a andar cada uno con un cuchillo, parecían tanto o más nerviosos que yo; que cuando vieron que mi celular estaba medio cascado casi me lo devuelven, más cuando no cargaba mucho efectivo (me dejaron la billetera con los papeles), pero se arrepintieron cuando vieron que cargaba el reloj que será recordado en las próximas muchas cuotas en mi tarjeta de crédito, porque en sus palabras "yo tenía plata".

Si no hubiera tenido ese reloj, hubiera pasado como una persona sin muchos recursos y me hubieran dejado ir (al gimnasio escasamente cargo agua y un par de pesos - además del reloj) sólo con un susto. No sé si lo habrán notado hasta acá, pero yo sí percibí un gran resentimiento social. No creo que necesariamente hayan sido personas malas, sino que las circunstancias y la propaganda de odio a quien pueda tener más oportunidades o ingresos, les ha dado la validación de que asaltar a alguien que sea para ellos "rico", los convierte en una especie de Robin Hood, quitarle a los ricos para... quitarle a los ricos, lo que hagan con lo que obtengan, ojalá les sirva, pero normalmente este tipo de cosas no traen buenos resultados.

De hecho no soy rico, pero más bien acomodado, cada que puedo dono o ayudo a alguna causa y mi objetivo es crear empleo y oportunidades en este país, pero tal vez no era el ámbito para conversar o para preguntarles qué necesitaban, cómo lo necesitaban y por qué, qué pensaban, en dónde vivían, en qué los podía ayudar.

¿Puedo acaso culparlos del todo? Si así como nosotros: sus dirigentes los engañan, junto con ellos elegimos gobernantes para que roben poco, pero hagan;,la justicia es lenta, los trabajos escasos y a veces mal pagos y la brecha entre ricos y pobres se hace cada día más grande.

Aún así me sostengo: los buenos somos más. Seguiré creyéndolo y esto es lo que me levanta todos los días a trabajar: la esperanza y la fe. Pero a menos que logremos cambios, seguirán esperándonos con más resentimiento que necesidad en las esquinas, asumiendo que todo lo tenemos regalado y ellos difícil. Y en parte, porque hemos permitido en todos los ámbitos que hayan "nosotros" y "ellos"; porque nos dedicamos a criticar y a maldecir antes que actuar para producir cambios; porque nos apegamos en exceso a las cosas y cuando por alguna cosa ya no las tenemos, nos llenamos de resentimiento.

Los buenos somos más, pero necesitamos movernos más.

Unas son de cal y otras son de arena, pero al fin y al cabo, cada material nos puede servir en la medida de sus capacidades, hoy tuve un momento de reflexión diferente, que sólo me permite pedir bendiciones para los que me asaltaron hoy y se llevaron mis cosas, porque aún sin que haya sido voluntario, espero que esta "contribución" les sirva de la mejor manera y por mi parte seguiré trabajando para lograr un cambio que quite los resentimientos y necesidades que hacen inseguras a nuestras calles, pero sobre todo, que llevan a la gente a agredir a sus hermanos. Debemos encontrar la forma de crear más oportunidades y construir un mejor país.